Nueva Zelanda no deja de sorprendernos. Cuando pensábamos que teníamos visto lo principal, hoy nos hemos encontrado con unos lugares insólitos. A través de bosques antiquísimos conseguíamos llegar a 2 espectaculares arcos naturales de piedra de enormes dimensiones por donde circulaban riachuelos creando imágenes impresionantes.

Después de salvar los 90 Km. que separan a Westport de Karamea por una carretera de muchas curvas, llegábamos con suficiente tiempo para hacer unos cuantos recorridos entrando en el Parque Nacional Kahurangi. Es el mismo parque al que intentamos entrar nada más llegar a la isla, pero que por donde fuimos estaba cerrado el acceso por desprendimiento de piedras. Hoy por la costa no hemos tenido ningún problema para entrar y admirar este enorme Parque Nacional que no es muy visitado pero que tiene lugares de gran nivel.

La primera visita ha sido al lugar de arranque de la famosa caminata "Heaphy" realizando un par de recorridos cortos: uno el "Scotts Hill" para llegar a su mirador

y otro el "Nikau Palm" para adentrarnos en un bosque precioso en el que predominaban multitud de tonalidades verdes en contraste con un color de óxido del río debido a su riqueza en hierro.

El siguiente destino era "Oparara Arch". Otro precioso bosque nos esperaba para acercarnos al enorme arco de piedra. Ha habido un momento al doblar un recodo que nos hemos encontrado con una imagen que recordaba a la forma en la que un niño representa un bosque cuando se le pide que dibuje a la naturaleza.

Un rato después llegábamos al enorme arco de piedra que llegaba a formar una grandiosa caverna con una pequeña salida por un extremo. Sus dimensiones eran tales que no se dejaba fotografiar y lo que he conseguido no refleja su enormidad (43 m. de altura por cerca de 200 m. de profundidad).

Como aún teníamos tiempo suficiente nos hemos animado a visitar el otro arco de piedra llamado "Moria Gate Arch" y ha sido una decisión acertada porque en caso contrario, nos hubiésemos perdido el paisaje de caverna más espectacular que yo he visto. Cuando llegábamos a lo que pensábamos debía de ser la entrada, hemos visto un agujero bastante pequeño por el que había que pasar y hemos comentado ¡¡¡ este debe ser el sitio, ya nos han vuelto a engañar !!! empezando a introducirnos en él. Nada más bajar un poco nos hemos quedado atónitos ante el espectáculo que teníamos delante: una caverna con 2 aberturas al exterior por el que circulaba un riachuelo, creando un paisaje de otro mundo.

Un magnífico día, en el que no esperábamos disfrutar tanto y que nos ha certificado la opinión que teníamos de Nueva Zelanda. No hay otro país en el mundo que condense tanta belleza natural y tan variada en tan corto espacio.

Una noche de lluvia torrencial, ha dado paso a un día en el que no ha parado de llover y con una densa niebla que te impedía moverte. Estamos hospedados en un motel que aunque algo destartalado, tiene espacio suficiente con cocina que nos ha permitido pasar el día cómodamente y muy relajados sin tener nada que hacer. Bueno, eso de nada que hacer es un decir porque ayer fue un día muy prolijo en fotografías y me quedó mucho trabajo pendiente por realizar.

Así que por esta vez, la climatología ha venido en mi ayuda, permitiéndome trabajar con tranquilidad y sin la presión normal que tengo el resto de días para no quedarme hasta muy tarde en el ordenador y marcharme a dormir.

Con esta tranquilidad hemos pasado el día, posponiendo la visita que íbamos a hacer hoy a un bosque llamado "The Fenian" en el que abundan los "Tree Fern" (helechos gigantes de árbol). Como tenemos tiempo suficiente todavía en esta isla hemos preferido esperar a que mejore el tiempo para disfrutar de estos impresionantes bosques.

Aunque el reportaje fotográfico está incompleto porque falta esta visita pendiente, creo que es lo suficientemente interesante para publicarlo ya. Las imágenes que vimos ayer nos impactaron y les he dedicado muchas horas para trabajarlas, gracias a la disponibilidad de tiempo que he tenido. Mañana lo completaré con el resto si la climatología lo permite.

Ha vuelto el buen tiempo y lo hemos aprovechado para hacer un par de paseos, aunque no han sido los mejores que hemos realizado aquí. Con algunas nubes hemos arrancado por la mañana y con el convencimiento de que se iba a imponer el cielo azul, como al final ha sido, iniciábamos la caminata llamada "The Fenian Track", con varias opciones dentro de la misma. Nosotros hemos elegido comenzar con la "Maloneys Bluff" para después continuar por otra ruta circular en la que se pasaba por 3 cuevas de antiguas minas con un total de 3 horas de duración estimada.

Al entrar en el parque lo primero que hemos hecho ha sido anotar nuestra presencia en un libro registro, para que quede constancia de la visita y por si te ocurre algo puedan buscarte. Las dimensiones y profundidad de estos bosques son muy grandes.

El primer tramo discurría por un bosque lleno de "Tree Fern" (helechos gigantes), los más grandes que hemos visto, que conseguían ensombrecer el suelo con sus hojas en forma de paraguas.

En cualquier caso, esta parte del recorrido era cómoda pero no tenía nada de especial y correspondía a la "Maloneys Bluff", comentando entre nosotros que lo del nombre ¡¡¡ Bluff !!! estaba muy bien puesto. Las guías decían que tenía unas vistas del valle, pero la realidad era que la abundante vegetación impedía ver algo. En ese punto hemos cambiado de dirección para coger la ruta de las cuevas mineras, estrechándose el sendero que prácticamente no se reconocía y entrando en un bosque muy denso que para describirlo bien, debería empezar por esa frase que dice ¡¡¡ en el principio de los tiempos....... !!! y después lo que se quiera, pero lo que realmente lo definiría sería esa frase.

Te sientes tan insignificante ante la magnitud de lo que ves y el absoluto silencio que te rodea, sólamente roto por el murmullo de los riachuelos y del canto de algún pájaro, que te lleva a pensar si serás capaz de salir de allí. Se ha ido complicando mucho el desplazamiento debido a tener que cruzar continuos riachuelos, grandes charcos de agua retenida, piedras y raices muy resbaladizas, debido al día lluvioso de ayer que había empapado todo el bosque. Había marcas en los árboles que parecían indicar por donde continuaba el sendero, pero 1/2 hora después hemos visto que habíamos avanzado muy poco y que a ese ritmo no sabíamos cuando llegaríamos a las cuevas.

Todo ello nos ha decidido a darnos la vuelta por seguridad y volver al coche para realizar otro paseo menos exigente y en mejores condiciones. Realmente hemos hecho bien, porque hemos comprobado al pasar de nuevo por el registro que éramos los únicos que andaban por allí y en todo el año apenas habían estado más 200 visitantes, por lo que cualquier incidente te retendría un tiempo allí dentro.

Cambiando de sitio nos hemos dirigido a ver el "Big Rimu Tree", un pino gigante situado a 1/2 hora andando. Y si ya los árboles normalitos de aquí son enormes para nosotros, esperábamos ver algo descomunal, pero no ha sido así, y no porque no fuera alto, sino que poco se podía apreciar por la vegetación y ramas de otros árboles.

Para terminar el día y como muestra de deferencia hacia nosotros, "Karamea" nos ha obsequiado con una puesta de sol, cosa rara en Nueva Zelanda porque el tiempo no suele ser propicio para estos eventos, por lo que es de agradecer. Lo díficil ha sido encontrar el lugar idóneo, lo que nos ha llevado a hacer más de 40 Km. en coche, para terminar volviendo a donde nos hospedamos y andando dirigirnos al estuario de "Karamea" que además estaba en bajamar. Está claro que las puestas de sol no son el punto fuerte de esta zona.

Hoy nos hemos trasladado al punto más al norte de esta isla, la bahía llamada "Golden Bay", situada junto a los Parques Nacionales de "Abel Tasman" en el que estuvimos nada más llegar a la isla y "Kahurangi" del que venimos, pero en su lado norte. En su momento dejamos esta visita para el final por encontrarse relativamente cerca de donde cogeremos el Ferry para volver a "Wellington" y porque no sabíamos bien el tiempo que nos iba a llevar recorrer la isla, así que como aún teníamos unos días disponibles nos hemos acercado a esta bahía. La verdad es que pensábamos que era de 2º nivel en cuanto a lugares de interés, pero una vez más la sorpresa ha sido muy grata.

En el Visitor Centre de "Takaka" nos han explicado lo principal a visitar en la zona y la verdad es que algunas visitas no concordaban con lo que la guía "Lonely Planet" recomendaba o se habían olvidado de ellas. Un caso ha sido "The Grove" un bosque muy cercano a la civilización pero ideal para rodar escenas de películas de terror. Enormes piedras kársticas con retorcidas formas junto con grandes y antiguos árboles parecían luchar por un espacio, creando esos escenarios tan utilizados en los films en los que el suspense ¡¡¡ a lo que te puedes encontrar al doblar una esquina!!! es su principal argumento. El tiempo lluvioso ayudaba a pensar en esas sensaciones irreales y comentábamos que bien podía aparecer algún ¡¡¡ velociraptor !!! porque parecía que habíamos entrado en el túnel del tiempo y nos había transportado al Jurásico.

La siguiente visita ha sido a la cascada "Wainui" con un paseo de un par de horas por la orilla del río entre bosques milenarios, pasos resbaladizos por la lluvia, un estrechísimo puente colgante que no parecía soportar a más de una persona en él, según los indicadores, y sorteando numerosos desmontes que habían arrastrado árboles y tierra arenosa al río. Pero a pesar de todo lo dicho y de la lluvia persistente, el paseo ha sido precioso y una bonita cascada bien provista de agua nos esperaba en su final.

Un poco más tarde de la hora habitual retornábamos al motel de la cadena "Top 10 Holyday Park", que ha sido el hospedaje más habitual utilizado en Nueva Zelanda, con la esperanza de que se cumpla lo que nos han asegurado respecto a la mejoría del tiempo para mañana al mediodía, y así poder visitar lo que nos queda de esta zona, que es bastante.

Un día de perros nos ha tenido recluidos en el motel durante gran parte de la jornada, sin poder salir para nada. Hasta después de comer no ha amainado el temporal y entonces nos hemos decidido a salir a pesar de que aún llovía un poco.

La primera excursión ha sido a "Te Waicoropupu Springs", la mayor fuente de agua dulce de Nueva Zelanda y según dicen la más transparente del mundo. Cuando he leído esta afirmación me he acordado de la pareja de argentinos con quienes nos encontramos en Mt. Cook, que nos decían que en Nueva Zelanda son muy dados a decir que todo lo que tienen es lo: mayor, mejor, más bonito, etc., y único en el mundo, cosa que nos es así. En un cartel que había en un mirador en el que se veía como manaba el agua desde los conductos subterráneos, decía que la transparencia del agua sólo era comparable con una fuente existente en la Antártida, así que le doy la razón al argentino. Habían colocado un sistema de espejos para poder apreciar esta característica en el fondo de la laguna, pero como estaban sucios no servían para corroborarlo. No obstante, desde el exterior se tenía una clara visión de dicha transparencia.

Como parecía que ya comenzaba a mejorar el tiempo hemos decidido ir hasta la costa norte y ver "Wharariki Beach ", situada a unos 40 Km. de "Takaka", de forma que cuando hemos llegado allí, el tiempo estaba malo de nuevo y con niebla. Poco se veía de la costa y lo mejor ha sido como siempre los bosques de diferentes tipos por los que hemos pasado. En este tema de bosques si les daría la razón a los neozelandeses si dijeran que son los más espectaculares del mundo, pero concretamente de ellos no he visto ninguna referencia.

En definitiva, un día poco aprovechado y con pocas alegrías. Mañana nos dirigiremos a "Picton" para dormir allí y coger el ferry al día siguiente, en un largo camino por etapas de regreso a casa.

Parece que el buen tiempo ya se ha cansado de nosotros y los últimos días nos obsequia con continuos y densos chaparrones. Pensábamos llegar pronto a Picton para aprovechar las últimas horas en esta isla y ver los fiordos cercanos en la región de Marlborough. De camino, hemos cogido la "Queen Charlotte Drive", una ruta con paisajes costeros de los fiordos "Queen Charlotte" y "Kenepuru", pero caía tanta lluvia y había tanta niebla que no hemos visto nada.

No hemos tenido más remedio que meternos en el motel de turno "Top 10 Holyday Park" y esperar que parara de llover para poder salir a comprar algo para cenar. En cualquier caso, nos marchamos de esta isla pensando que hemos visto lo mejor que puede ofrecer y con la suerte de que en los momentos más importantes, el tiempo ha sido un buen aliado permitiéndonos disfrutar de las grandes atracciones como: Los glaciares de "Franz Josef" y "Fox", los fiordos "Milford" y "Doubtful", el gran "Mt. Cook" en todo su esplendor y el poco conocido pero espectacular "Kahurangi" con sus impresionantes cavernas y bosques primigenios.

De nuevo con "Interislander" hemos cruzado el estrecho de "Cook" llegando a "Wellington" al mediodía y sin ninguna novedad a destacar. También hemos repetido hotel "Ibis" y por la tarde hemos salido a pasear y comprar algo de ropa de la que usamos nosotros para viajar, que se seca muy rápido y no se plancha. Habíamos visto cuando vinimos antes que había varios "oulet" de marcas muy conocidas con precios muy rebajados y hemos aprovechado la ocasión para aprovisionarnos. La verdad es que parecemos un escaparate internacional, ya que probablemente no vistamos 2 prendas compradas en un mismo país aún siendo de una misma marca, aunque sí están todas confeccionadas en China o Vietnam. Pero con la "globalización" las grandes marcas funcionan así y su alto valor de imagen les permite tener un gran mercado de venta en todas partes.

También hemos vuelto a cenar en el restaurante tailandés ya conocido, porque echábamos bastante en falta los noddles fritos de Carmen y mis cuencos de sopa de carne. Cuando salíamos ha comenzado a llover torrencialmente y hemos tenido que estrenar un mini paraguas de viaje que acabábamos de comprar. Nos marchamos de este país como llegamos con lluvia, viento y frío, aunque en el tiempo que hemos estado recorriendo la isla ha habido de todo.

Aquí terminan mis diarios de viaje dedicados a Nueva Zelanda porque mañana cogeremos el avión con destino a Sydney en Australia, donde estaremos un par de días disfrutando de nuevo de esta maravillosa ciudad.

Uno de los viajes más agradables de los que hemos realizado, tanto por las maravillas naturales que hemos visto como en la forma de realizar los desplazamientos por la isla. Cuando el año pasado visitamos la isla norte, alquilamos una camper porque parecía ser lo recomendado en cuanto a la independencia que aporta, pero nos dimos cuenta que no era la mejor solución ni la más barata. Nosotros que durante más de 20 años hemos utilizado una autocaravana sabemos lo que esto supone, pero hay que decir que desde entonces las cosas han cambiado mucho. En Nueva Zelanda como en el resto de países ya no se puede pernoctar donde se quiere: a la orilla de un lago o fiordo, al pie de una montaña, etc., ahora es obligatorio entrar en un camping y pagar el oportuno canon.

En nuestro viaje anterior, cuando entrábamos en un camping y veíamos que había cabinas en las que dormir cómodamente a precios muy razonables, nos entraba la duda relativa a si habíamos acertado con el medio de locomoción. Esta vez he echado números teniendo en cuenta: coste del coche/camper, plaza de camping/cabina y diferencias en el consumo de gasolina. Comparando costes he visto que nos salía más barato alquilar un coche pequeño y una cabina con baño y cocina, superando con creces en comodidad y disponiendo de mayor posibilidad de acceso a lugares inaccesibles para los camper. Y la experiencia ha sido estupenda.

En cuanto a los destinos visitados, hemos visto lo principal y secundario porque teníamos el suficiente tiempo como para hacerlo, destacando que si se anda corto hay zonas de las que se pueden prescindir, como es la parte sur y costa sureste. Si se tienen un par de semanas que suele ser lo habitual, yo me centraría en la parte norte con el Parque Nacional "Abel Tasman", dirigiéndome después a la costa oeste y subiendo a "Karamea" para visitar el Parque Nacional de "Kahurangi". A continuación bajaría por dicha costa a través de "Punakaki" para llegar a los glaciares "Franz Josef" y "Fox". En ruta por el interior hasta los fiordos de "Milford Sound" y "Doubtful" para volver por detrás de los Alpes neozelandeses hasta el "Mt Cook". De allí cruzaría a "Kaikoura" si se dispone de tiempo y subiría de nuevo a Picton.

Debo decir que salvo los bosques lluviosos que no los hemos visto mejores en ninguna parte del mundo, el resto: fiordos, lagos, playas, glaciares, etc., no son los mejores como dicen los eslogan turísticos, aunque es cierto que tienen un gran nivel de belleza. Pero lo que si es cierto, es que no existe ningún otro país con una oferta de maravillas naturales como Nueva Zelanda, de forma que si no puedes ir visitando países por el mundo, aquí encontrarás de forma condensada toda la naturaleza en su estado más virgen. En algún diario he comentado, que parece que Nueva Zelanda fue al ¡¡¡ taller de pruebas !!! donde la naturaleza probó todo lo que quería poner en nuestro planeta y además se ha conservado intacto.

Con un vuelo normal pero con un horario que nos ha hecho perder gran parte del día a pesar de recuperar 2 horas por la franja horaria, hemos llegado a esta preciosa ciudad que es una de las más bellas que hay en el mundo. Además como hoy era sábado, día en que los australianos y todas las otras muchas etnias que conviven aquí se echan a la calle e inundan el "Darling Harbour" al atardecer, el ambiente era festivo. Los jóvenes se ponen sus mejores galas y más atrevidos vestidos y salen de copas por las zonas de los puertos repletos de pubs.

Parecía que Sydney nos estaba esperando y hasta nos ha obsequiado con una colección de fuegos artificiales como para darnos la bienvenida. Con una agradable temperatura de 27 º volvemos a disfrutar de los encantos de esta ciudad.

Mañana domingo lo pasaremos deambulando y realizando paseos por las conocidas zonas de Bondi Beach y el Palacio de la Ópera, que se sitúa en un lugar privilegiado. En este largo retorno a nuestro hogar de Donosti, escalas como ésta hacen más llevaderas el viaje, sobre todo si son de la categoría de Sydney.

Si ayer la tarde fue muy agradable, hoy ha sido todo lo contrario. Un fuerte viento racheado ha estado todo el día soplando y con la sensación de que te podía arrastrar en cualquier momento.

Tal como pensamos ayer, esta mañana nos hemos acercado a "Bondi Beach", famosa playa para surfistas pero que se encontraba vacía a causa del viento. No había mala mar y las olas eran pequeñas, pero era imposible andar por el bonito y transitado paseo costero que recorre varias bahías, debido a que el viento levantaba mucha arena que se te clavaba como alfileres.

En un momento que nos ha tocado subir una pequeña colina, una fuerte ráfaga de viento nos ha llenado los ojos de arena y hartos ya de soportar estas inclemencias hemos decidido darnos la vuelta y cambiar de zona, cogiendo un autobús urbano en dirección a "Circular Quay", punto de salida de los ferries que circulan por la bahía de "Sydney".

En el puerto hemos encontrado un puesto de Fish&Chips, el cual, ya echábamos en falta porque en Nueva Zelanda no es una plato que se encuentra con facilidad para almorzar. Este concretamente estaba muy bueno y por lo menos nos ha levantado el ánimo como para coger un barco y cruzar a la orilla de enfrente, en donde se sitúa el "Luna Park", un parque de atracciones casi de la época del de "Igueldo". Como es lógico, nuestro destino no era ese pero la parada del barco era allí y la hemos aprovechado por cercanía para subir al puente que cruza la bahía y que tiene en todo su recorrido una maravillosa vista del "Palacio de la Ópera" y de la actividad de barcos, veleros y motoras que continuamente navegan por allí.

El viento no ha parado en todo el día y la despedida de Australia hay que decir que no ha sido todo lo buena que deseábamos. Mañana cogeremos el avión con destino a Santiago (Chile), donde descansaremos el día que llegamos para el siguiente cruzar el Atlántico con destino a Madrid y Bilbao, completando solamente en esta etapa de 2 meses y medio, la vuelta a todo el planeta. El billete de "Vuelta al Mundo" lo dejamos aparcado en Santiago, a donde volveremos en el mes de enero para continuar nuestros viajes de la siguiente etapa por el continente americano.

Un día larguísimo el de hoy. Salíamos de Sydney a las 12:30 H. del mediodía y llegábamos a Santiago (Chile) a las 10:00 H. de la mañana del mismo día después de estar 11:30 horas en el avión. Es decir, que conforme a fechas y horas, hemos llegado antes de salir. Cuestión de franjas horarias, pero las horas que fuimos perdiendo poco a poco conforme nos trasladábamos hacia el este por la zona asiática, las hemos recuperado hoy con creces y nos hemos puesto con 4 horas de adelanto sobre nuestro horario de casa.

Por lo demás el vuelo ha sido muy bueno, puesto que veníamos en un avión bastante nuevo de "Qantax" con un estupendo sistema de entretenimiento y muchas películas.

Como ya conocemos Santiago de otras veces y su sistema de autobuses del aeropuerto, más la red de Metro, no hemos tenido ningún problema para llegar al apartamento reservado cerca de la "Plaza de Armas".

Después de dormir un rato, justo para quitar la sensación de sueño y aguantar hasta la noche, intentando ajustarnos cuanto antes a los nuevo horarios y evitar en lo posible el ¡¡¡ jet lag !!!, hemos subido al "Cerro de San Cristóbal" para tomarnos un "Mote con huesillo", que es una bebida refrescante de melocotones pequeños en mucha almíbar y una especie de avena. Con 27 º de temperatura hemos notado nada más llegar la necesidad de hidratarnos, después de 2 meses bastante frescos.

Teníamos pensado visitar en algún tour el monte "Aconcagua" que desde el avión se ha visto muy bien y con una capa de nieve en la cumbre, pero en la única agencia de viajes que hemos encontrado no tenían ofertado este destino en el día. Así que todavía no sabemos lo que haremos mañana.

Después de pasar la clásica noche de "Jet Lag", es decir, sin pegar ojo hasta que ya amanecía, a pesar del sueño que traíamos, hemos salido a la calle prácticamente a la hora de comer, por lo que nos hemos dirigido al "Mercado Central" en donde hay restaurantes de pescado, algunos para turistas y alguno que aún puedes encontrar de precios inferiores y más familiar. En uno de estos últimos nos han servido lo que llaman merluza a la plancha, que no lo era, al menos lo que nosotros entendemos por merluza, pero en cualquier caso el pescado que fuera estaba muy bueno. Por fin después de más de 2 meses y medio, podemos comer algo del tipo del que habitualmente comemos en casa, y eso ya es mucho a estas alturas.

Para cenar también hemos disfrutado de pescado y cabrito, lo cual, ya ha sido el ¡¡¡ no va más !!! para un sólo día. Como era el último de nuestro viaje hemos querido despedirnos bien y como los precios de Chile son asequibles, hemos aprovechado la coyuntura. Por lo demás, no hemos hecho nada especial, salvo alguna compra de calzado que por precio nos compensaba, por lo que hemos dejado pasar el día ya con ganas de volver a casa.

Mañana por la mañana cogeremos el avión de regreso, pero en un mes aproximadamente volveremos a Chile, para continuar otra etapa de viajes, que comprenderán: parte de Chile con la zona de Valparaíso, el desierto de Atacama como punto de acercamiento al "Salar de Uyuni" en Bolivia y la costa oeste de México.